Incautan más de dos toneladas de cocaína camufladas en carbón en zona rural de Jamundí: así fue el allanamiento
Esta fue la propiedad allanada en zona rural de Jamundí. Foto:Suministrada por autoridades

Luego de varios meses de investigación, la Dirección de Investigación Judicial y Criminal (DIJIN), con información aportada por la Seccional de Inteligencia y el Bloque de Búsqueda de la Policía Metropolitana de Cali, llegó hasta la vereda Chontaduro, zona rural de Jamundí, Valle del Cauca, donde se realizó una diligencia de registro y allanamiento a un laboratorio artesanal.
En el lugar se impregnaba cocaína en elementos agrícolas. Durante la operación fueron incautados 91 bultos con 2,2 toneladas de carbón mineral tipo exportación, impregnado con el estupefaciente.
Esta sería una modalidad de camuflaje utilizada por los criminales para enviar droga desde Buenaventura hacia España. El estupefaciente era ocultado mediante un proceso químico altamente sofisticado, con el propósito de evadir los controles de las autoridades.
Esta fue la propiedad allanada en zona rural de Jamundí. Foto:Suministrada por autoridades
“Este cargamento está asociado a una estructura criminal independiente liderada por alias ‘El Mono’, dedicada al envío de alcaloides hacia Estados Unidos y Europa, con vínculos directos con el frente ‘Jaime Martínez’, a quienes pagaban impuestos por la custodia de dicha sustancia”, señaló el comandante de la Policía de Cali, brigadier general Carlos Oviedo.
Así fue el proceso para llegar al laboratorio
Un investigador reveló que el proceso comenzó con información aportada por la DEA. Gracias a labores de inteligencia y a la coordinación con el Bloque de Búsqueda de Cali, se identificó un inmueble —una casa quinta— ubicada en Jamundí, donde una organización criminal independiente estaría preparando paquetes impregnados con cocaína.
“Esta información nos indicaba que en esa casa se realizaban diversas actividades químicas, en las que se impregnaba cocaína en textiles, materiales de madera e insumos agrícolas. En este caso, insumos como carbón mineral y silicato de magnesio, que se usan comúnmente como abonos en el sector agropecuario. Estos eran enviados en contenedores hacia España”, explicó el investigador.
Estos eran los bultos en donde guardaban la cocaína. Foto:Suministrada por autoridades
Y agregó: “Cuando llegamos al lugar, empezamos a hacer verificaciones paso a paso. También encontramos otro inmueble, más pequeño, adecuado como una especie de laboratorio, donde se manejaban los químicos y se hacía la impregnación. Se trataba de la sustracción y manipulación de químicos con el fin de no ser detectados por las técnicas empleadas por la Policía y pasar los controles de seguridad en los puertos sin ser descubiertos”.
El uniformado aseguró que la técnica de impregnación utilizada por esta organización tenía como fin evitar la detección mediante caninos.
“Cuando realizamos las pruebas policiales habituales, como el PIPH —un análisis químico—, la sustancia arrojó resultado negativo. Sin embargo, teníamos la premisa de que sí estaba impregnada con cocaína. Por eso enviamos muestras a análisis más específicos y especializados en Medicina Legal, con el fin de confirmar si efectivamente contenía cocaína. Posteriormente recibimos los resultados: en toda la cantidad incautada se detectó la presencia de la sustancia”, manifestó.
Las autoridades realizaron una inspección para identificar el estupefaciente. Foto:Suministrada por autoridades
Las autoridades señalaron que esta organización llevaba más de dos años aplicando esta modalidad sin ser detectada, gracias a sus técnicas de camuflaje en textiles, maderas y abonos, los cuales, al pasar por controles de seguridad, no arrojaban señales visibles del estupefaciente.
“Con la información recolectada durante el allanamiento, se evidenció que cada bulto llevaba un rótulo o marquilla que indicaba que el destino era La Rioja, España. La inteligencia permitió corroborar que este cargamento pertenecía a una persona conocida con el alias de ‘El Mono’”, concluyó el investigador.
MARÍA ALEJANDRA GONZÁLEZ DUARTE
Redacción Nación
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